✍️ Por Martín Díaz / La Nube
En COMAPA Victoria, si tienes palancas no necesitas juicio. Te reinstalan, te pagan… y hasta te ascienden. Así ocurrió con Juan Manuel «el Manolo» López García, actual jefe de Recursos Humanos, quien fue despedido en 2019 pero en 2022 volvió por la puerta grande: con un regalazo de más de 800 mil pesos en indemnización.
Y todo autorizado por su propio tío, Eliseo García Leal, entonces gerente general de la paramunicipal. El documento oficial que valida el pago lleva su firma, lo que no solo representa un conflicto de interés: huele a delito.
El cálculo revela:
Salarios caídos: $365,000
Complemento de salario: $334,880
Aguinaldo, vacaciones, prima vacacional, canasta básica, estímulos, horas extra: más de $400,000
Subtotal: $1,108,813.83
Total neto pagado: $800,000 pesos
Y todo esto sin juicio, sin laudo y sin dictamen legal externo. Solo con el aval de un tío generoso y un sistema complaciente.
Este tipo de manejos podrían constituir violaciones a la Ley General de Responsabilidades Administrativas, que prohíbe expresamente que un funcionario intervenga en decisiones que beneficien a familiares directos. Además, hay indicios de uso indebido de recursos públicos, tráfico de influencias o incluso peculado.
Y no es un caso aislado. También está el escándalo de Ubaldo Ascensión Castillo, exdirector de Comunicación Social, que infló su demanda de $826 mil a más de 3 millones, con ayuda de sus influencias. Aunque fue separado del cargo tras agredir a un periodista en el estadio Marte R. Gómez, se presume que sigue operando tras bambalinas.
Mientras tanto, trabajadores honestos —sin padrinos ni tíos en la cima— fueron liquidados con apenas 10 u 11 mil pesos. Y la COMAPA, según el propio alcalde Eduardo Gattás, carga más de 90 millones de pesos en demandas laborales.
Hoy Eliseo García Leal ya no está en COMAPA, pero sus decisiones siguen costando millones. Porque esas acciones fueron toleradas, permitidas y firmadas bajo el gobierno de Gattás, quien no solo miró hacia otro lado, sino que las avaló con su silencio.
La pregunta es inevitable:
¿Quedarán impunes estos saqueos o habrá alguna autoridad que se atreva a sancionar lo que huele a corrupción pura?
Porque en COMAPA Victoria, el agua no es lo único que se va por el drenaje… también se va la ética, la ley y la vergüenza.