Martín Díaz / La Nube
Tuvo que aparecer la lluvia y causar estragos para que el presidente municipal, Erasmo González, su esposa, la sindico Alicia Lerma y sus colaboradores más cercanos volvieran a pisar las calles. Sin embargo, su regreso se convirtió en un acto de humillación pública que solo sirvió para evidenciar la ineficiencia de su administración.
En lugar de ofrecer soluciones a las familias que perdieron su patrimonio por las inundaciones, el alcalde optó por la fórmula más fácil, rancia y añeja de la política: la entrega de despensas.
La Humillación de la «Despensa de la Vergüenza»
La esposa del alcalde, rodeada de su séquito de colaboradores, se paseó por las calles inundadas repartiendo ayuda que en poco o nada aliviaba el pesar de los afectados. El contenido de la ayuda era un insulto a la magnitud de la tragedia: un kilo de arroz, un kilo de frijoles, una lata de atún, un sobre de sopa aguada y un litro de aceite.
Esta raquítica ofrenda fue lo más que pudo ofrecer una administración que, a lo largo de más de un año, ha decepcionado a quienes hoy se dan cuenta del error de haber puesto el futuro de este importante puerto en manos ineficientes.
La síndico municipal Alicia Lerma haciendo competencia a la primera dama no se quedó atrás participando activamente en esta humillante entrega. Siempre cercana al Alcalde, también formó parte del reparto de la «despensa de la vergüenza» que tuvo a bien entregar la administración municipal.
Rechazo Ciudadano y Estrategia Fallida
El rechazo de los afectados por las lluvias fue palpable. Los ciudadanos no pudieron ocultar su rostro de desprecio al ver que el Alcalde, en lugar de atender y solucionar el problema que padecían en ese momento, optó por un acto que evoca el viejo estilo del PRI, partido donde se formó.
El Alcalde, su esposa y su muy cercana colaboradora, como uno solo, junto a un ejército de ayudantes dedicados únicamente a tomar fotografías y subir el material a redes sociales, provocaron una reacción inmediata y furiosa de la ciudadanía en el entorno digital.
Las «despensas de la vergüenza» resultaron de muy poca ayuda para los maderenses, y solo sirvieron para desnudar la falta de respeto de Erasmo González, quien a costa de estas entregas busca desesperadamente cubrir su ineficiencia al frente del municipio de Madero.
Y así, pretende ser Gobernador. 
