Martín Díaz / La Nube
Ciudad Victoria, Tamaulipas.— En medio de la creciente demanda ciudadana por obras concretas, seguridad y una verdadera reactivación económica, el Ayuntamiento de Victoria, a través del Sistema DIF local, ha optado por entregar un reconocimiento como «Empresa Inclusiva» al consorcio Tintorama. Si bien la promoción de la igualdad laboral es encomiable, la acción, liderada por la presidenta del DIF Lucy de Gattás y el alcalde Eduardo Gattás Báez, levanta serias dudas sobre su verdadera intención y efectividad.
El empresario Andrés Garrido Assad, propietario de Tintorama, recibió la insignia en un acto protocolario que el municipio no dudó en difundir. La foto del recuerdo, con las autoridades municipales al centro, parece ser el verdadero objetivo de un evento que, más allá de la buena intención, exhibe una profunda desconexión con las necesidades urgentes del sector empresarial y de la ciudadanía.
Mientras los comerciantes de Victoria luchan día a día contra la inseguridad, la falta de alumbrado público, el deterioro de las vialidades y una carga impositiva que no siempre se traduce en beneficios tangibles, la administración de Gattás se limita a ofrecer una placa. ¿Es en serio? Una simple insignia, por muy «inclusiva» que sea la empresa, ¿es la respuesta del municipio ante la falta de programas concretos que incentiven a los empresarios, como descuentos en el impuesto predial, mayor seguridad, mejores calles o planes de capacitación con apoyo real?
Para muchos, esta entrega de reconocimiento no es más que un acto de puro marketing político, una oportunidad para el alcalde de aparecer en redes sociales y generar «likes» ante la evidente carencia de obras de impacto o de un trabajo efectivo que realmente beneficie al sector productivo y, por ende, a los ciudadanos de Victoria. La suspicacia aumenta cuando se percibe que este tipo de eventos, más allá de su propósito oficial, pueden servir para reforzar la imagen pública de los funcionarios ante la evidente falta de resultados
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Cuando la confianza en la gestión pública está en entredicho, acciones como esta, que parecen priorizar la fotografía sobre la solución de problemas estructurales, solo profundizan la percepción de un gobierno más preocupado por la imagen superficial que por el apoyo genuino a quienes generan empleo y riqueza en la ciudad.