Martín Díaz / La Nube
Parece que en Madero y Matamoros, los alcaldes Erasmo González Robledo y Alberto Granados tienen la cabeza más en las estrellas que en la tierra que gobiernan. Mientras las calles siguen llenas de baches, la gente sigue sin agua de calidad y la inseguridad es el pan de cada día, estos señores andan organizando festivales espaciales y desfiles de disfraces.
Erasmo se lució con su “Día del Marciano”, montando un evento que bien podría ser la envidia de cualquier convención de ciencia ficción. Con traje especial y todo, porque al parecer lo que le hace falta a Madero no son calles decentes ni seguridad, sino una buena fiesta con tema extraterrestre.
Por su parte, en Matamoros, Granados decidió que la mejor manera de manejar los problemas de su ciudad era vestirse de astronauta. ¿qué mejor manera de enfrentar la falta de obra pública que con un disfraz y una sonrisa?
Y mientras tanto, la gente que votó por ellos sigue esperando esas promesas de campaña que ahora parecen cuentos de ciencia ficción. Los vecinos ya no saben si reír o llorar al ver en qué gastan su tiempo y el dinero público.
Antes de seguir soñando con marcianos y aventuras espaciales, estos alcaldes deberían darse una vuelta por las colonias, ver las calles destrozadas, sentir la falta de servicios y ponerse a trabajar en serio. Gobernar no es ponerse un disfraz y hacer un show, es atender las necesidades de la gente que los eligió y confiar en que cumplirán su palabra.