Martín Díaz / La Nube
Ciudad Victoria — A un mes de haber iniciado su segundo periodo como alcalde, Eduardo Gattas sigue sin cumplir uno de los principios más básicos de la administración: la celebración de sesiones de Cabildo. Como establece el Artículo 42 del Código Municipal para el Estado de Tamaulipas, los municipios con más de 200 mil habitantes deben realizar al menos tres sesiones de Cabildo al mes. Sin embargo, el alcalde Gattas parece estar gobernando a capricho, sin tomar en cuenta el mandato legal, ignorando su obligación de aprobar formalmente los nombramientos de funcionarios de primer nivel.
Aún más preocupante es que quienes manejan recursos públicos y firman documentos en el Ayuntamiento lo hacen sin respaldo legal, al no contar con una ratificación oficial del Cabildo. La ley exige que dichos nombramientos pasen por la aprobación del Cabildo, y no hacerlo abre la puerta a irregularidades y sanciones. Actuar sin un nombramiento formal no es solo una negligencia administrativa; es una acción ilegal. Los responsables, incluyendo a Gattas, arriesgan enfrentar consecuencias legales graves, desde inhabilitaciones hasta posibles sanciones penales, dado que cualquier gestión pública sin el aval formal del Cabildo es susceptible de consecuencias judiciales.
Al concluir el primer mes de su administración, la ausencia de sesiones de Cabildo y el desconocimiento de la ley por parte de Gattas envían un mensaje alarmante: ¿está por encima de la ley el alcalde reelecto? En una ciudad que requiere estabilidad y orden, las decisiones de Gattas no solo ignoran las leyes que él mismo juró cumplir y hacer cumplir, sino que también representan un desprecio hacia la transparencia y la rendición de cuentas.
Si el primer mes de Eduardo Gattas al frente del Ayuntamiento de Ciudad Victoria es un indicio de lo que sigue, estamos ante una administración que desafía abiertamente las leyes y muestra un preocupante desprecio por la legalidad. ¿Se ha propuesto Gattas gobernar por encima del orden institucional, donde las normas solo se aplican si encajan en su agenda personal? Cada día que pasa sin las sesiones de Cabildo obligatorias es una violación clara y reiterada al Código Municipal, lo que no solo vulnera las leyes locales, sino que envía un mensaje de burla hacia la autoridad y el marco legal en todos los niveles.