Martín Díaz / La Nube
CIUDAD VICTORIA, TAMS.— En un nuevo capitulo de la la degradación de la política en Reynosa, un medio nacional en este caso El Financiero, ha dedicado su espacio a cubrir un evento social en Reynosa. La nota, que se centra en la boda del alcalde Carlos Peña Ortiz, ha generado un fuerte cuestionamiento: ¿por qué un medio que se especializa en economía y política a nivel nacional se ocupa de una boda, cuando la ciudad enfrenta problemas de seguridad, finanzas y gobernabilidad? La respuesta, según se rumora, apunta a un evidente desvío de recursos públicos para la compra de imagen.
La cobertura, con un tono más parecido a una nota digna de Tv Novelas que a una nota periodística, ha desatado la indignación de la opinión pública. Mientras la ciudad vive con la incertidumbre y los problemas de baches, drenaje y seguridad, el Presidente Municipal y su círculo cercano presuntamente destinan dinero del pueblo para pagar una nota social que promueve la imagen personal de Carlos Peña, y lo hacen en un medio nacional. Un hecho tan insólito como la misma boda, que muchos califican de ser «más falsa que una moneda de 15 pesos”.
Esta cobertura es una estrategia calculada para desviar la atención de los problemas reales y posicionar al edil y su familia de cara a futuras aspiraciones políticas. El costo de esta «crónica social» es una pregunta que no se puede dejar de hacer. ¿Cuánto dinero del municipio se gastó en esta maniobra de relaciones públicas? Un monto que, sin duda, podría haberse utilizado para atender las necesidades urgentes de los reynosenses.
El modus operandi es evidente: se busca legitimar un evento social personal que nació sin el respaldo de la ciudadanía a través de un medio nacional. La boda, más allá de ser un acto de amor, es una pieza más en la estrategia política del alcalde. Una pieza que exhibe el uso descarado de millones de pesos de recursos públicos para fines personales.
La cobertura en un medio nacional de un evento social, cuando hay tanto por difundir, solo deja en claro que, para esta administración, la imagen y el proyecto político familiar importan más que trabajar por resolver los problemas de los ciudadanos que hoy se arrepienten de haberlos elegido.