Martín Díaz / La Nube

En lo que parece ser el inicio de una costosa campaña política con fines de reelección, el alcalde Carlos Peña ha inundado nuestra ciudad de Reynosa con una avalancha de anuncios panorámicos y pendones, bajo el pretexto del Segundo Informe de Gobierno. Estos anuncios destacan la imagen del alcalde y presumen los supuestos logros de su administración.
Fueron más de 25 panorámicos, de los cuales se cuenta con respaldo fotográfico en un recorrido realizado en algunos puntos de la periferia de la ciudad. En este recorrido se pudo constatar la abrumadora cantidad de anuncios alusivos al Informe de Actividades del Alcalde. Sin duda, esta cifra solo refleja una parte de los anuncios contratados y pagados con el dinero del pueblo, lo que aumenta aún más la preocupación sobre el despilfarro de recursos públicos en una campaña de autopromoción.
El presidente Carlos Peña ha enfrentado acusaciones graves, como lavado de dinero y enriquecimiento ilícito, lo que lo ha obligado a abandonar la ciudad en varias ocasiones ante la amenaza de ser detenido. Estas situaciones sin duda han tenido un impacto negativo en el funcionamiento de la administración municipal.
En lugar de rendir cuentas de manera transparente y responder a las acusaciones en su contra, el alcalde de Reynosa parece apostar por el olvido del pueblo. Lo hace a través de una costosa campaña de promoción de su imagen, financiada con el dinero del erario público. Esto sucede después de que su administración ha sido señalada repetidamente por ser inoperante, ineficiente y marcada por la corrupción.
Las acusaciones de pagos ilegales por renta de propiedades a familiares cercanos, compras sin concurso y a sobreprecio, así como el favoritismo hacia proveedores consentidos, han manchado la imagen de quien se hace llamar «licenciado» sin tener los méritos académicos para ello.
Esta campaña publicitaria que Carlos Peña ha iniciado con cargo al erario público seguramente costará a los ciudadanos miles y miles de pesos. Es lamentable que nuestro dinero se gaste de esta manera, en lugar de invertirse en proyectos que beneficien verdaderamente a la comunidad.